Nota extraída del sitio web de la Liga Internacional Socialista.
Tras el estancamiento de las negociaciones entre EE. UU. e Irán y luego de sobrevivir a un intento de disolución del Parlamento, Netanyahu lanzó una ofensiva sin precedentes contra Irán, que contraatacó con drones. El imperialismo norteamericano se desmarcó del ataque israelí, pero al mismo tiempo amenazó al régimen de los ayatolás. Los mercados globales sintieron el impacto. El conflicto abre un nuevo escenario geopolítico de alto riesgo.
El ataque de Israel recalienta Medio Oriente
En la madrugada del 13 de junio, Israel inició la “Operación León Naciente”, atacando instalaciones nucleares y militares en Irán y declarando el estado de emergencia. Más de 200 aeronaves bombardearon Natanz, Isfahán y puntos de Teherán, incluida la sede de la Guardia Revolucionaria, causando la muerte de Huseín Salami, comandante en jefe de la Guardia, del general Gholam Ali Rashid y de dos importantes científicos, entre otras bajas.
El sionismo justificó la agresión como una acción preventiva ante supuestos avances en el programa nuclear iraní que le permitirían fabricar armas nucleares a corto plazo.
Como ya había hecho en respuesta a dos agresiones sionistas anteriores, Irán respondió con drones y misiles que Israel afirmó haber interceptado en su mayoría, con el sistema “Cúpula de Hierro”.
EE. UU. se desmarca y amenaza
Minutos después del ataque, el secretario de Estado yanqui Marco Rubio declaró que fue una acción unilateral de Israel, aunque ya estaban informados, por eso, días antes evacuaron personal diplomático y familias de militares. Cabe recordar que Trump había amenazado con “desatar un infierno” si Irán no detiene el programa nuclear y en la mañana del ataque también publicó en Truth Social que Israel tiene planeados sus próximos ataques, que serán “aún más brutales”.
Nueva escalada bélica regional
Con las negociaciones entre Washington y Teherán estancadas, los sionistas pusieron en marcha un plan ya anunciado y Netanyahu advirtió: “Esta operación continuará todo el tiempo que sea necesario para eliminar ese peligro”. Por su parte, el líder supremo iraní calificó el ataque de “agresión descarada” y prometió una “respuesta sostenida y proporcional”. También es un hecho que EE. UU. y su gendarme sionista quieren frenar el desarrollo nuclear iraní cueste lo que cueste. Habrá que ver qué dinámica adquiere la mezcla de estos componentes pero, sea como sea, lo concreto es que hay una nueva escalada bélica en la región.
Primeras observaciones
La crisis provocó una suba del precio del petróleo Brent, que superó los 97 dólares, su valor más alto en dos meses. Las bolsas europeas abrieron en baja. La tensión geopolítica puede seguir impulsando la inflación, especialmente en energía y alimentos.
También surgen interrogantes: ¿hasta dónde llegará la respuesta iraní? ¿Actuarán Hezbollah, Siria, Irak o Yemen? ¿Rusia y China seguirán llamando a la moderación? ¿La Unión Europea podrá dar una respuesta unificada?
La agudización de los enfrentamientos y las incertidumbres, pueden provocar más impactos sobre la crisis económica global, la disputa inter imperialista y la polarización política y social.
Otra vez huyendo hacia adelante
El nuevo ataque a Irán responde al intento de frenar su desarrollo energético independiente y a los intereses de EE. UU. e Israel en la región. Pero también es una maniobra repetida de Netanyahu para escapar hacia adelante ante el desprestigio mundial sin precedentes de Israel y la crisis interna.
No es casualidad que el ataque se haya ejecutado solo un día después de que Netanyahu esquivara un intento de disolver la Knéset, impulsado por la oposición y parte de su coalición.
Aunque Netanyahu cuenta con apoyo dentro de la población judía israelí y en la clase trabajadora en cuanto a expulsiones, masacres y políticas extremas contra palestinos y árabes, su liderazgo está desgastado. Hay protestas masivas por la gestión de la guerra, el tema de los rehenes y las denuncias de corrupción, que le siguen metiendo presión a la crisis que erosiona al jefe criminal.
La movilización masiva, una necesidad urgente
Desde la Liga Internacional Socialista (LIS) repudiamos los ataques israelíes a Irán. Rechazamos y exigimos que cesen las agresiones en toda la región: Palestina, Líbano, Yemen, Siria y rechazamos cualquier injerencia imperialista. Exigimos la ruptura de todo tipo de relaciones de los gobiernos con el Estado de Israel.
Antes del ataque ya se realizaban importantes acciones de apoyo a Palestina, entre las que se destaca la Marcha a Gaza contra el bloqueo humanitario en gestación, que ya provocó la agresión israelí al velero solidario ‘Madleen’ (parte de la Flotilla de la Libertad) y la deportación de activistas por parte de Egipto.
Para frenar el genocidio, la limpieza étnica, la ocupación y la agresividad israelí con apoyo de EE. UU. es necesario extender y masificar las movilizaciones unitarias. La única salida de fondo es derrotar al Estado de Israel y la instauración de una Palestina única, laica, no racista, democrática y socialista, en el camino de la Revolución Socialista en Medio Oriente.
Por Rubén Tzanoff