Quienes han participado de un asado hecho por un parrrillero experimentado pueden haber visto una costumbre que se repite y que además de provocar un espectáculo de chispas ofrece un sonido inconfundible: se trata de los estallidos múltiples de sal gruesa arrojada a las brasas. Es una práctica bastante usual, pero está lejos de ser un mero espectáculo: aunque no es un paso obligatorio en la parrilla, muchos asadores lo recomiendan por varias razones, que van desde la reducción del humo hasta una mejor regulación del calor.
¿Por qué algunos asadores tiran sal sobre las brasas?
Al momento de encender el fuego y cocinar a la parrilla, cada detalle cuenta. Algunos expertos y aficionados aseguran que agregar sal sobre las brasas puede hacer que el proceso de cocción sea más eficiente y agradable. Estas son algunas de las razones:
Reduce el humo denso y molesto
Uno de los problemas más comunes al hacer un asado es el exceso de humo, sobre todo cuando la grasa y los jugos de la carne caen sobre las brasas. Esto puede generar una humareda intensa que, además de ser incómoda, puede afectar el sabor de la carne. La sal ayuda a minimizar esta reacción, haciendo que el humo sea menos denso y más fácil de manejar.
- Disminuye la cantidad de chispas
Las brasas, especialmente cuando se usan maderas resinosas o carbón de baja calidad, pueden producir chispas peligrosas. Esparcir sal sobre el fuego puede ayudar a controlar este fenómeno, evitando que las chispas salten en exceso y reduciendo el riesgo de accidentes.
- Regula la temperatura de las brasas
El control del calor es clave en cualquier asado. La sal tiene la capacidad de absorber parte del calor y evitar que las brasas se consuman demasiado rápido. Esto ayuda a mantener una temperatura más estable, permitiendo una cocción más pareja y controlada.
- ¿Aporta sabor a la carne?
Existen quienes creen que agregar sal a las brasas puede influir en el aroma y el sabor del asado, ya que el vapor generado por el calor y la sal podría impregnar la carne. Sin embargo, este efecto no está completamente comprobado y es más una cuestión de percepción personal.
- Elimina vapores tóxicos
Muchos parrilleros sostienen que las brasas de carbón son más “pesadas” que las de leña –que además aportan un sutil sabor extra a la carne, algo los más expertos conocen y utilizan a partir de distintos tipos de maderas– y que los vapores pueden afectar a los cortes cocinándose en la parrilla. Arrojar un puñado de sal contribuye a eliminar esos vapores.
¿Cómo aplicar sal en las brasas correctamente?
Para probar este truco y sus beneficios hay que hacelo con moderación. La clave está en usar sal gruesa y esparcirla de manera uniforme sobre las brasas ya encendidas. No es necesario colocar demasiada cantidad, con un puñado es suficiente para notar la diferencia.
Algunos consejos adicionales:
- No usar sal fina, ya que se disolverá demasiado rápido y no tendrá el mismo efecto.
- Esperar a que las brasas estén bien formadas antes de agregar la sal.
- Si se usa leña en lugar de carbón, también se puede aplicar este método, aunque el efecto puede variar según el tipo de madera.
¿Vale la pena tirar sal sobre las brasas?
En definitiva, aunque no es un paso esencial, puede ser una buena práctica para mejorar la experiencia del asado. Si se busca menos humo, más seguridad y un mejor control del calor, probarlo no está de más. Cada parrillero tiene su propio estilo y técnicas favoritas, y la sal en las brasas es solo uno de los tantos secretos que pueden hacer la diferencia.