jueves, 28 agosto, 2025
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Profunda tristeza: a los 87 años, murió en Francia el destacado músico argentino Raúl Barboza, referente del chamamé

Una noticia muy triste enluta por estas horas al mundo de la música y de la cultura argentina y también francesa, dado que en horas de la tarde de este miércoles se confirmó la información del fallecimiento del destacado acordeonista, autor y compositor Raúl Barboza, quien murió en Francia a los 87 años.

Barboza había nacido en Buenos Aires el 22 de junio de 1938 en Buenos Aires y estaba radicado en París desde 1987, aunque mantenía con la argentina un vínculo fluido y venía cada tanto para ofrecer sus presentaciones en giras nacionales donde Rosario, como pasó en diciembre del año pasado, era siempre una fecha confirmada.

“¡Hasta siempre, Raúl! En mi carácter de productor artístico de Raúl Barboza, y haciéndome eco de una comunicación telefónica desde París (Francia) por parte de su esposa Olga Bustamante, tengo la triste noticia de comunicarles el fallecimiento del maestro sucedida en la tarde de hoy, 27 de agosto de 2025. Agradeciendo a cada uno de ustedes el acompañamiento que le han brindado durante toda su actividad profesional, les dejamos un abrazo y seguiremos informando de cualquier novedad, por este medio”, escribió en las cuentas oficiales del artista en redes sociales su productor artístico, Alberto Felici.

Raúl Barboza comenzó a tocar el acordeón a los 6 años con tal destreza y virtuosismo  que fue apodado “Raulito, El Mago”, aunque era autodidacta y nunca estudió música de manera formal. Con una extensa trayectoria de más de 70 años, era el verdadero embajador del chamamé en todo el mundo, pero especialmente en Francia, donde se presentaba de forma habitual en los grandes escenarios y festivales de música popular europeos.

A lo largo de su extensa carrera, Barboza, un artista de una calidad y calidez infrecuentes, compartió escenarios y grabaciones con colegas de la talla de Atahualpa Yupanqui, Astor Piazzolla, Mercedes Sosa, Jairo, Richard Galliano, Carlos García, Ramón Navarro, Cesaria Evora, Peter Gabriel, Juanjo Domínguez y Ariel Ramírez, entre muchos otros.

Y fue galardonado en Argentina en tres oportunidades por los premios Atahualpa, premio Konex, premios Sadaic: Francisco Canaro por su labor en la difusión del chamamé en el exterior, y premio Clarín al mejor artista del año, entre muchos otros.

Barboza fue además ganador en tres oportunidades del Premio Charles Cross a la mejor música del mundo y distinguido con la Órden de Caballero de las Artes y las Letras otorgada durante la presidencia de Francois Mitterrand.

Un regalo, un legado

Cabe recordar que en 2023, a los 84 años, Raúl Barboza había editado un nuevo disco junto a Daniel Díaz, titulado Souvenirs Panamericanos, en el que los músicos argentinos, ambos radicados en París, se inspiraron uno en el otro para proponer un viaje plagado de imágenes y sonoridades que iban del chamamé al jazz, y del tango y a la música experimental.

“Venimos de diferentes formaciones, pero teníamos una idea casi igual sobre cómo hacer la música; para mí se hace de una sola manera: con cariño, con amor y con trabajo; en este disco nos hemos inspirado uno al otro, y eso también es muy importante en dos autores; se tienen que querer, respetar, se tienen que reír y tomar un vino juntos”, dijo Barboza oportunamente.

Editado por el sello Cézame Latin, perteneciente a la agencia de música independiente francesa Cézame Music Agency, Souvenirs Panamericanos representaba para el acordeonista, según expresó, una continuidad en una búsqueda musical que se caracterizaba por acercar el chamamé al europeo desde un lenguaje propio, idea que profundizó especialmente en este trabajo.

Un viaje, un destino

Barboza vivía en Francia desde que tenía 50 años, grabó 39 álbumes en la Argentina y 24 en Francia y participó en nueve películas. “Cuando salí de Argentina y llegué aquí, me vine con todo, con todos mis cariños, mis amores, mis tristezas. El ruido del viento de unos árboles que se llaman casuarina, que escuchaba cuando llegaba de la escuela, a la noche; había que hacer dos cuadras de tierra y cuando llovía eso era un barrial y me tenía que agarrar de los alambrados para no caerme. Me vine con el canto de los pájaros, con las risas de los chicos cuando jugábamos al fútbol, yo me traje la música de Atahualpa Yupanqui, Ariel Ramírez, Eduardo Falú, Carlos Gardel. Me hice una valija y me la puse arriba del hombro. No sentí en Francia el desarraigo, creo que aquí el francés, o en todo caso la gente que encontré aquí, nos ha recibido con mucho cariño. Me decían: «Raúl, ¿querés venir a tocar tu música con nosotros, hacer una gira?» Entonces nunca me sentí desarraigado en este país, el músico francés aceptó al músico argentino como un hermano”.

“Cuando llegué acá traté de encontrar a muchos argentinos porque no hablaba francés. Vine por propia voluntad y seguí tocando chamamé como lo hacía en Argentina, pero poco a poco me encontré con otros músicos que también les gustaba mi música; yo tenía que adaptarme a la mentalidad musical de un europeo, entonces fui tratando de hacer los temas más fáciles para quien me estaba escuchando”, agregó Barboza.

Última vez en Rosario

El viernes 6 de diciembre de 2024, Raúl Barboza se presentó por última vez en Rosario, en el Teatro Lavardén de Sarmiento y Mendoza, donde ya lo había hecho en varias oportunidades.

Este hombre de hablar pausado y generosidad infinita, volvió una vez más al territorio argentino, y expresó en las redes: “Año tras año, durante el verano, estoy volviendo al país, entro en contacto con mi gente, nos comunicamos a través de la música y vuelvo a partir. El destino quiso que mi transcurrir en Argentina fuese así, ahora cumplí 86 años y lejos de pensar en despedirme, diariamente me aferro a mi acordeón El Morocho y tras varias horas de conversar con él, siempre concretamos nuevas composiciones, sonidos, arreglos. Mientras el acto creativo siga sucediendo he decidido no dejar de ofrecer música en vivo”.

En sus últimas visitas a la ciudad, Raúl Barboza había recibido el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Nacional del Nordeste, a través del Rector Dr. Omar Larroza quien le entregó ese doctorado en pleno desarrollo de su última presentación en la Fiesta Nacional del Chamamé, un acontecimiento inédito en el escenario del Anfiteatro Tránsito Cocomarola.

Dentro del arte cinematográfico, participó y compuso música tanto para la industria nacional como internacional. En estos últimos años, dos documentales sobre su vida artística lo retratan con excelencia: El sentimiento de abrazar de Silvia Di Florio y La voz del viento de Daniel Gagliano.

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