Apenas cuatro meses después de desembarcar en la plataforma DivasPlay, comenzaron a circular fotos privadas de Luciana Salazar. La producción estaba destinada al perfil más exclusivo del sitio, pero alguien las filtró y se volvieron virales en cuestión de horas. Allí se la ve reinterpretando su histórica “Chocoluli”, aquel postre que marcó una época cuando brillaba en Playboy.
“Volví a jugar con la idea porque es un sello mío, algo que quedó en el recuerdo de todos”, confesó en una charla íntima con allegados. En la primera postal aparece de perfil, cubierta apenas por un delantal blanco, con el postre estratégicamente ubicado sobre la mesada de la cocina. Un guiño directo a la memoria colectiva de los fans que la siguen desde sus comienzos.
Pero no fue la única recreación picante. En otra de las imágenes, la rubia posa sobre una lona de gimnasio, recién salida de lo que aparenta ser una sesión de entrenamiento. “Me divierte mezclar sensualidad con lo cotidiano”, soltó. Allí se la observa rodeada de mancuernas y pesas, mientras tapa su pecho con un gesto que enciende la fantasía.
La tercera foto filtrada es aún más atrevida: tacones, medias y lencería negra, de espaldas al lente pero con un espejo que revela la parte frontal de su figura. Un juego de doble ángulo que no deja nada a la imaginación. “Son producciones pensadas para mis seguidores más fieles, no para que circulen libremente”, remarcó la diosa, molesta por la filtración.
LA PRODUCCIÓN HOT DE LUCIANA SALAZAR
El escándalo creció cuando se supo que las imágenes no estaban en la parte abierta ni en el material premium, sino en el nivel más reservado de DivasPlay, aquel que se negocia solo por chat. Ese detalle dejó en claro que alguien violó la privacidad de la modelo para exponer su intimidad al público masivo. Salazar no ocultó su enojo y dejó la puerta abierta a tomar medidas.
Mientras tanto, las redes ardieron con comentarios a favor y en contra. Algunos celebraron la osadía de la producción, otros cuestionaron la filtración y pidieron respeto. Lo cierto es que la “Chocoluli” volvió a instalarse en boca de todos, demostrando que, dos décadas después, sigue siendo un ícono erótico imposible de ignorar.