martes, 2 septiembre, 2025
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Asiain: «La suba de tasas terminó de boicotear el último motor de crecimiento»

El fallido desarme de las Lefi, que obligó a subir tasas y encajes bancarios, cortó el crédito al sector privado y “terminó de boicotear el último motor que había de crecimiento en algunos sectores de consumo”. Así lo señaló el titular del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso), Andrés Asiain, quien analizó el momento por el que atraviesa el programa económico, durante la presentación que realizó la semana pasada en la seccional rosarina de La Bancaria.

“Esta gestión se puede dividir en etapas, la del fuerte ajuste y devaluación inicial, que generó una caída muy grande de la actividad y permitió equilibrar el sector externo”, recordó. Luego llegó el “éxito parcial”, cuando se usó el dólar como ancla. La inflación descendió y se logró cierta recuperación de ingresos y actividad. Llegó hasta las presiones cambiarias de principios de año, que derivaron en el acuerdo con el Fondo Monetario y el sistema de bandas. “Frente a este cambio, el gobierno empezó a usar las paritarias del sector privado como ancla antiinflacionaria, con lo cual el consumo se estancó y, con ello, la actividad”, señaló.

La maldición de las Lefi

El fallido desarme de las Lefi, que obligó a subir tasas y encajes bancarios, conectó la crisis real con la financiera. Cortó el crédito al sector privado y “terminó de boicotear el último motor que había de crecimiento en algunos sectores de consumo”.

¿Error práctico o teórico? Asiain lo entiende así: “Si uno no apela a teorías conspirativas, porque también hay grandes negocios detrás de esto, diría que hay un error técnico relacionado con la idea que tiene el equipo económico sobre cómo se forman los precios de mercado”.

En esos términos, agregó, el objetivo fue “correr al gobierno” de la fijación de la tasa para que la decida el mercado. ”Pero los mercados no funcionan así sino por precios de referencia; de la misma forma que el precio de la carne se construye a partir de la determinación del precio del novillo en Cañuelas, la tasa de los depositantes y de los distintos tipos de crédito se escalonan a partir de la tasa de política monetaria del Central”, explicó.

En el plano práctico, opinó que “la intención del gobierno fue dejar de financiar a los bancos en el corto plazo para obligarlos a comprar letras del Tesoro porque veía que no iba a poder rollear”. Salió mal y los bancos entraron en una pulseada con el gobierno.

Escenarios posibles

Hacia adelante, Asiain ve dos escenarios. En el primero, la volatilidad del dólar tiene bajo impacto en los precios y amplía los márgenes de la política económica a través de cierta mejora en la competitividad cambiaria. La hipótesis incluye un buen resultado electoral y una baja en el riesgo país que permita conseguir financiamiento voluntario para refinanciar los casi u$s 30 mil millones de vencimientos de deuda externa del año próximo.

En el segundo, “el más probable”, la inflación y las presiones cambiarias persisten y el riesgo país no baja por el rojo en las cuentas externas. En ese marco, el gobierno se vería obligado a avanzar “una reestructuración amigable de la deuda, que significa aceptar todos los pedidos al acreedor, lo cual a su vez significa aumentarla”.

El titular del Ceso explicó que “el programa de Milei no tuvo grandes inversores desde que arrancó, por eso tuvo que apelar mucho al ajuste como forma de estabilizar el dólar, de hecho su gran mérito político fue ganar apoyo electoral para una política de ajuste como herramienta de estabilización”, describió.

¿Seguirá ese apoyo? Depende de muchas cosas. Entre ellas, de la economía. “Los números pueden mostrar un rebote estadístico porque te comparás con 2024, cuya primera mitad del año fue calamitosa, pero no va a ser muy relevante”, señaló Asiaín, quien advirtió que “el sector privado asalariado que venía recuperando está perdiendo de nuevo poder adquisitivo cada mes

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