Los fiscales no encuentran relación entre María Florencia González, asesinada a sangre fría en Ottone y Cavour el sábado a la noche, donde su hijo resultó herido, y el narcomenudeo de la zona.
Con el correr de las horas, los investigadores del ataque a balazos, el sábado a la noche, con el que asesinaron a María Florencia González y dejaron herido de bala a su hijo de 16 años, se adentran en la certeza de que esta peluquera de 37 años fue víctima por error de una violencia originada en el microtráfico de drogas en el barrio Empalme Graneros.
Los fiscales Patricio Saldutti y Franco Carbone convocaron a declarar a familiares de las víctimas y vecinos de la escena de la emboscada, en Cavour y Ottone, de Empalme Graneros. Y este lunes revelaron sus primeras impresiones acerca de la pesquisa.
“Lo que les puedo decir es que esta madre, mujer, que el sábado por la noche había salido de su domicilio con su hijo menor de edad hacia un kiosco, cuando llegaron a la esquina fueron atacados, en principio por un solo masculino que se conducía a pie, que le produjo un disparo a Florencia y uno a su hijo. El hijo está internado fuera de gravedad y Florencia falleció prácticamente en el lugar”, encuadró Saldutti.
El viernes a la noche, 24 horas antes del crimen de la mujer, hubo una balacera en esa misma cuadra, y el destinatario fue un inmueble señalado como un punto de venta de drogas.
“Florencia no tenía ningún tipo de conflicto con ninguna banda criminal ni con ninguna organización, no había radicado tampoco ninguna denuncia en ese sentido. Era una persona completamente ajena a cualquier tipo de conflictividad barrial. Sí se pudo relevar que en la zona, en la misma cuadra donde vivía ella, funcionaba o había denuncias de funcionamiento de un punto de venta de estupefacientes sobre el cual había medidas de investigación anteriores y en curso, y que el viernes previo, o sea, un poco más de 24 horas antes del hecho, ese lugar había sido baleado”, precisó.
El detalle no es menor, puesto que esa balacera se hizo con proyectiles calibre 40, marca CBC, los mismos que se usaron para el tiroteo fatal del sábado que le costó la vida a González.
“No hay dudas de que María Florencia no tenía ningún tipo de vinculación ni había radicado tampoco ninguna denuncia en ese sentido. Sí puede ser que el hecho haya estado dirigido contra ese punto de venta. Lo cierto es que fue a unos 50 metros del lugar, porque el domicilio está a mitad de cuadra y el hecho fue exactamente así”, señaló.
En tanto, los peritos trabajan sobre las imágenes que pudieron registrar tres cámaras de videovigilancia en la zona.
El bunker de drogas en esa esquina de Empalme había sido denunciado en marzo pasado. El fiscal Carbone aseveró que hubo tareas de vigilancia sobre ese lugar, pero “al menos hasta el 7 de mayo de este año, no hubo movimientos compatibles con el funcionamiento de un bunker”, sostuvo.
En tanto, se busca a un hombre que habitaba el inmueble señalado como punto de venta de drogas, y que la noche del crimen de Florencia desapareció del barrio, igual que sus hijos.
Fuente: Agencias