La comedia de intercambio de cuerpos regresa con Otro viernes de locos, Freakier Friday, tal su título original, una secuela que, si bien se apoya en el recuerdo de su exitosa versión de 2003, logra renovarse gracias al talento inagotable de Jamie Lee Curtis. En esta nueva entrega, Lindsay Lohan retoma su papel como Anna, y el enredo familiar se intensifica con una vuelta de tuerca que aporta frescura, ritmo y humor desbordante.
Tess Coleman (Curtis), ahora convertida en una abuela moderna, conduce un pódcast sobre crianza y se mantiene como la figura de apoyo para su hija, Anna (Lohan), madre soltera de Harper (Julia Butters), una adolescente californiana apasionada por el surf. Butters, recordada por su escena junto a Leonardo DiCaprio en Había una vez… en Hollywood, demuestra nuevamente su capacidad con una interpretación vivaz y segura.
Se viene un casamiento
La trama gira en torno al inminente casamiento de Anna con Eric (Manny Jacinto), un chef gourmet originario de Manila con quien mantiene una relación reciente pero intensa. Los planes de mudarse a Londres provocan el rechazo inmediato de sus respectivas hijas: Harper y Lily (Sophia Hammons), dos adolescentes que se detestan, comparten clases y se convierten en fuentes inagotables de problemas escolares. Su enemistad llega al clímax en una memorable escena de guerra de pasteles, digna del mejor cine mudo.
El caos se desata cuando ambas familias cruzan caminos con Madame Jen (Vanessa Bayer, de SNL, brillante en su rol), una vidente poco convencional que, además de leer manos, diseña tarjetas, trabaja como coach de vida y sirve café en una conocida cadena. Durante una sesión algo improvisada, lanza una frase enigmática: “Cambien los corazones que saben que están equivocados, para llegar al lugar al que pertenecen”. Y así, la magia vuelve a hacer de las suyas, provocando una cadena de intercambios corporales que involucra a cuatro personajes de distintas generaciones.
Más que un simple reciclaje, Otro viernes de locos profundiza en los malentendidos familiares, las brechas emocionales y la dificultad de comunicarse entre edades. Con un enfoque que cruza miradas diversas y perspectivas contrastantes, la película encuentra el equilibrio justo entre ternura y absurdo, sin perder la comedia física que caracteriza a esta saga.
Cómo están las actrices
Curtis se luce de principio a fin. Dueña de un timing impecable, transforma cada escena en un show de gestos, reacciones y carcajadas. En particular, se destaca en una secuencia hilarante en una tienda de discos, donde intenta esconderse tras vinilos con rostros de Madonna y Britney Spears. Lohan, por su parte, aporta presencia, calidez y una madurez escénica que compensa su menor soltura en el terreno humorístico. Butters y Hammons sorprenden al alternar con fluidez entre sus roles adolescentes y las versiones adultas de sus personajes, con una química vibrante.
Uno de los mayores encantos del filme es el regreso de rostros queridos de la entrega anterior: Mark Harmon como el esposo de Tess, el carilindo Chad Michael Murray como el ex de Anna y Stephen Tobolowsky como el temido profesor Bates. Sus breves apariciones refuerzan el vínculo nostálgico sin entorpecer el avance de la historia.
Con dirección ágil de Nisha Ganatra, guion de Jordan Weiss y producción ejecutiva de la propia Lohan, esta adaptación refresca con inteligencia el relato original de Mary Rodgers, publicado en 1972. Esa obra, escrita por la hija del legendario compositor Richard Rodgers, fue pionera en un subgénero que hoy ya es parte del ADN de Hollywood, junto a títulos como Quisiera ser grande, con Tom Hanks, o Hay una chica en mi cuerpo, protagonizada por Steve Martin y Lily Tomlin.
«Otro viernes de locos»
Muy buena
Comedia. EEUU, 2025. Título original: «Freakier Friday». ATP, 111’. De: Nisha Ganatra. Con: Jamie Lee Curtis, Lindsay Lohan, y elenco. Salas: Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta, Hoyts Abasto.