La Casa Blanca elevó del 10% al 50% los gravámenes a productos estratégicos en lo que se interpreta como un gesto de respaldo político al expresidente brasileño. Afectan al 36% de las exportaciones del gigante sudamericano.
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Lula Da Silva mostró voluntad de diálogo.
Los nuevos aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump a una amplia gama de productos brasileños, en el marco de una decisión que multiplica por cinco las tasas vigentes: del 10% al 50%, entraron en vigor este miércoles. La medida fue formalizada mediante una orden ejecutiva y se inscribe en un contexto de creciente tensión política entre EEUU y Brasil, motivado por el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro por el intento de golpe de Estado.
De acuerdo con cifras preliminares citadas por el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, la suba arancelaria impacta sobre aproximadamente el 36% de las exportaciones brasileñas hacia EEUU. Entre los productos alcanzados se encuentran bienes estratégicos como el café, la carne y el azúcar.
En el documento oficial, la Casa Blanca argumentó que las acciones del gobierno brasileño constituyen una “amenaza inusual y extraordinaria” para la economía, la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos. En particular, cuestionó los procesos judiciales abiertos contra Bolsonaro, acusado de haber intentado desconocer los resultados de las elecciones presidenciales de 2022. La administración Trump consideró que estos procedimientos “carecen de justificación objetiva” y los calificó como una forma de persecución política.
A pesar del incremento sustancial en los aranceles, el gobierno estadounidense otorgó más de 700 exenciones que excluyen a productos clave para Brasil, como el jugo de naranja, los fertilizantes, las aeronaves civiles y sus partes, los metales preciosos y la pasta de celulosa. “El impacto podría haber sido mayor”, evaluó Valentina Sader, analista del Atlantic Council, quien señaló que el gobierno brasileño ya está evaluando subsidios para los sectores más afectados, al tiempo que acelera la diversificación de sus mercados de exportación.
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El juicio a Jair Bolsonaro, en el medio del debate por los aranceles
Nueva ronda de aranceles impuestos por EEUU
La medida contra Brasil se produce en paralelo con una nueva ronda de aumentos arancelarios que afectará a varias economías, entre ellas la Unión Europea y Taiwán. Según cálculos de Pantheon Macroeconomics, las decisiones de Washington podrían elevar la tasa media efectiva de aranceles de importación en EEUU a cerca del 20%, un nivel que no se registraba desde la década de 1930, de acuerdo con datos del Budget Lab de la Universidad de Yale.
Las tensiones diplomáticas se intensificaron esta semana tras conocerse la decisión de un juez brasileño de imponer arresto domiciliario a Bolsonaro por violar una orden que le prohibía utilizar redes sociales durante el proceso legal. La medida fue adoptada por el magistrado Alexandre de Moraes, quien consideró que el expresidente continuaba difundiendo mensajes a través de terceros. En respuesta, el Departamento de Estado estadounidense condenó la decisión y afirmó que “restringe el derecho del exmandatario a expresarse públicamente” y “amenaza la democracia”.
En un pronunciamiento difundido en redes sociales, la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos declaró: “El ministro Alexandre de Moraes, ya sancionado por Estados Unidos por violaciones a los derechos humanos, continúa usando las instituciones brasileñas para silenciar a la oposición. ¡Dejen a Bolsonaro hablar!”
Desde Brasil, la reacción fue prudente pero firme. “La soberanía brasileña no está en discusión”, afirmó nuevamente Valentina Sader, al tiempo que destacó la postura del presidente Lula da Silva, quien ha expresado voluntad de diálogo sin aceptar injerencias externas en los asuntos internos del país.