El Gobierno oficializó este martes la salida de Eduardo Bustamante del cargo de vicecanciller, posición que ocupaba desde octubre de 2023 en el Ministerio de Relaciones Exteriores. La decisión fue publicada en el Boletín Oficial bajo la fórmula de una renuncia, aunque fuentes del Ejecutivo señalaron que la desvinculación obedeció a razones vinculadas al desempeño del diplomático. Según indicaron desde la Cancillería, Bustamante «se apartó de la línea fijada» por la actual conducción y «no cumplió con las expectativas».
La resolución fue firmada en medio de una etapa de reconfiguración dentro de la cartera que conduce Gerardo Werthein, en la cual Bustamante ocupaba el segundo lugar en jerarquía. La salida del funcionario se da pocos meses después de su designación por parte de la entonces canciller Diana Mondino, quien lo convocó tras la renuncia de Leopoldo Sahores.
Ante la vacante, fue nombrado de manera interina Juan Navarro, un funcionario con trayectoria en el servicio exterior y experiencia previa en la embajada argentina en China, durante la gestión de Sabino Vaca Narvaja. Navarro tendrá a su cargo la coordinación de la política exterior en tanto se defina una designación permanente para el cargo de vicecanciller.
Bustamante es diplomático de carrera, abogado y licenciado en ciencia política. Antes de su paso por el Palacio San Martín, se desempeñó como cónsul general en Uruguay y fue funcionario en las embajadas argentinas en Angola y Pakistán. En su recorrido profesional también coordinó áreas vinculadas a asuntos fronterizos, lucha contra el terrorismo y crimen organizado transnacional, así como temas de negociaciones internacionales sensibles.
Al momento de su nombramiento, el Ejecutivo lo presentó como «un funcionario del Servicio Exterior de la Nación con una destacada trayectoria». Su salida, sin embargo, se enmarca en una serie de cambios internos que comenzaron a producirse tras el recambio de autoridades en Cancillería, luego de la salida de Mondino.
Antecedente del voto sobre Cuba y tensiones internas
Uno de los antecedentes que habría debilitado la posición de Bustamante dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores fue su vinculación con el episodio que derivó en la destitución de la excanciller Diana Mondino. A fines de abril, Argentina votó en Naciones Unidas a favor del levantamiento del embargo de Estados Unidos contra Cuba, una postura que el país venía sosteniendo de forma reiterada en foros multilaterales.
La decisión, que generó tensiones al interior del Gobierno, fue atribuida por fuentes oficiales al accionar de un grupo reducido de funcionarios que habría autorizado el voto siguiendo criterios tradicionales, pero sin la validación explícita de las nuevas autoridades políticas. Entre los involucrados figuraban el entonces vicecanciller Bustamante, el director de Comunicación Digital, Juan Carreira —conocido como Juan Doe— y el actual secretario de Culto, Nahuel Sotelo. También se mencionó a Ursula Basset, asesora externa del Gobierno. Todos ellos forman parte de sectores con influencia directa en la política exterior actual.
Tras ese episodio, Werthein impulsó sumarios internos para delimitar responsabilidades. Bustamante fue uno de los funcionarios alcanzados por esa revisión, aunque en ese momento logró conservar su cargo. La continuidad en funciones no impidió que quedara bajo observación por parte del entorno del canciller, y su posterior pedido de licencia fue interpretado como una señal de desgaste dentro de la estructura diplomática.
Motivos oficiales de la desvinculación
Desde el entorno de la Cancillería señalaron que la salida de Bustamante no respondió exclusivamente a aquel incidente, pero reconocieron que el desempeño del diplomático «no se alineó» con los lineamientos trazados por la actual gestión. «Se apartó de la línea fijada», expresaron fuentes oficiales, que agregaron que el funcionario «no estuvo a la altura» de las exigencias del nuevo enfoque de política exterior.
Hasta su desplazamiento, Bustamante había mantenido un bajo perfil público. Su última aparición fue en el evento de despedida de la embajadora británica Kirsty Hayes en el Teatro Colón. Desde entonces, y tras solicitar vacaciones de manera sorpresiva, comenzaron a circular versiones sobre su salida inminente, las cuales fueron confirmadas con la publicación en el Boletín Oficial.
Reconfiguración en Relaciones Exteriores
El Ministerio de Relaciones Exteriores atraviesa un proceso de reorganización desde el cambio de autoridades que llevó a Gerardo Werthein a ocupar la conducción de la Cancillería. En ese marco, se vienen adoptando decisiones orientadas a consolidar un nuevo equipo de conducción y redefinir estrategias en materia de política exterior.
El nombramiento interino de Juan Navarro se inscribe en esa lógica. Fuentes diplomáticas señalaron que la continuidad de los cambios dependerá de cómo evolucione la implementación de la nueva agenda internacional del Gobierno, centrada en el alineamiento estratégico con ciertos países y bloques, y en la revisión de posturas tradicionales en el ámbito multilateral.
Bustamante, por su parte, finaliza su ciclo en el servicio activo del Palacio San Martín tras haber transitado una etapa marcada por cambios políticos, conflictos internos y realineamientos en la toma de decisiones. Su desvinculación refuerza la idea de que las nuevas autoridades buscan reforzar el control político sobre áreas estratégicas de la diplomacia argentina. En los próximos días se espera que el Poder Ejecutivo defina si Navarro continuará en el cargo de forma definitiva o si se designará a un nuevo vicecanciller con rango y acuerdo del Senado.