¿Un snack saludable? Los pochoclos son un refrigerio popular, recomendados si se busca llevar una alimentación balanceada, con menos grasas trans y sodio. Pero, con su consumo, también surge la duda de qué tan saludables son. Hoy en Menú te compartimos su valor nutritivo, beneficios y contraindicaciones.
Debido a su consistencia ligera y a su fácil preparación, los pochoclos son la opción favorita de muchas personas. Larousse Cocina, diccionario virtual especializado en gastronomía, señala que este alimento se elabora con granos de maíz inflados, mismos que estallan al calentarse con aceite en una sartén tapada, volviéndose blancos y esponjosos.
Pueden consumirse solos o condimentados con sal, manteca, azúcar o caramelo. Sin embargo, la forma de preparación y los ingredientes que se les agregan pueden marcar una gran diferencia entre un snack saludable o una opción de bajo valor nutricional.
De acuerdo con un artículo de la Asociación Americana del Corazón, cuando se preparan con aire caliente y se sazonan un poco, los pochoclos son un refrigerio saludable, ya que los granos son ricos en fibra. Dicho nutriente se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y ciertos tipos de cáncer.
Por otra parte, Maya Vadiveloo, profesora adjunta del Departamento de Nutrición y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Rhode Island, señala que en su versión casera son “estables, económicos y bastante sabrosos”. Así, las personas que tienen dificultades para consumir suficientes frutas, verduras u otros cereales integrales, pueden comerlos como una alternativa deliciosa.
A diferencia de los pochoclos caseros, los que se venden en el cine se deben consumir con moderación. Un artículo de la revista especializada en salud Health advierte que dicha versión contiene manteca y sal, lo que eleva su porcentaje de calorías, grasas saturadas y sodio. En promedio, una orden mediana contiene 1090 calorías y 2,650 mg de sodio. Hay que recordar que este último ingrediente es uno de los principales factores de riesgo para la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares.
De igual manera, la Asociación Americana del Corazón señala que en la mayoría de los cines se utiliza aceite de canola para preparar los pochoclos. En cantidades no reguladas, aporta un exceso de ácido erúcico, sustancia relacionada con efectos negativos para la salud del corazón y del hígado.
Otro riesgo es que incluyen colorantes alimentarios como el amarillo nº 5 y el amarillo nº 6, que en la Unión Europea y Estados Unidos llevan etiquetas de advertencia sanitaria, aunque su uso aún está permitido en productos alimenticios.
En cuanto a los pochoclos para microondas, su principal contraindicación radica en los químicos añadidos. Según indica Health, algunas marcas pueden contener diacetilo, compuesto que otorga sabor a manteca y que se relacionó con una enfermedad conocida como “pulmón de las palomitas”, misma que causa dificultad para respirar y sibilancias. En ese sentido, la mejor manera de consumir dicho snack es hacerlo en casa con ingredientes de bajo riesgo.
Si se preparan correctamente, los pochoclos pueden ser un refrigerio con beneficios. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos señala que son fuente asequible de cereales integrales, hidratos de carbono, proteínas y fibra. Por su parte, el sitio de la Cleveland Clinic destaca que 2 tazas de pochoclos caseros aportan:
Además, se trata de un cereal integral cuyo índice glucémico es bajo, lo que significa que pueden ayudar a mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Por eso, su consumo es apto para personas con diabetes tipo 2.
Como verás, los pochoclos pueden ser un refrigerio equilibrado si se preparan con ingredientes nutritivos. Aunque hay que remarcar que no sustituyen el consumo de verduras, frutas y otras fuentes esenciales de fibra.
Recuerde que, antes de incorporar cualquier nuevo alimento a su dieta, es importante que consulte con un médico especialista.