La Policía francesa reprimió a manifestantes que salieron a las calles de París este 1º de Mayo por el Día de los Trabajadores.
Las imágenes mostraron a manifestantes lanzando proyectiles y bengalas de humo contra la Policía antidisturbios, que respondió con gases lacrimógenos. Un número no precisado de personas fueron detenidas.
También se difundieron videos por redes sociales en los que se ve a oficiales golpeando con bastones a manifestantes.
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Las protestas también se produjeron días después de que cientos de personas se reunieran para manifestarse contra la islamofobia, después de que un hombre musulmán fuera asesinado a puñaladas en una mezquita en el sur del país.
En Francia solamente funcionaron en el Día de los Trabajadores los servicios esenciales, como hospitales, transporte público, suministro de energía, cafés, hoteles y restaurantes.
Por la mañana hubo manifestaciones de trabajadores en ciudades como Marsella, Lyon, Toulouse, Lille y Nantes, y a primera hora de la tarde comenzó la manifestación en París.
Las autoridades estimaron entre 100.000 y 150.000 manifestantes en todo el país, pero los medios franceses indicaron que más de 300.000 personas participaron en las marchas, incluidas 100.000 en la capital.
El sindicato CGT había convocado a un 1º de Mayo «festivo y combativo». La respuesta policial a algunas de las manifestaciones provocó críticas de los políticos franceses.
El líder parlamentario del Partido Socialista, Boris Vallaud, condenó lo que describió como «violencia grave e inaceptable» contra activistas y funcionarios del partido en París, y prometió tomar acciones legales.
«Violencia grave e inaceptable. Estos agitadores son enemigos de los trabajadores y de la izquierda. Todo nuestro apoyo a los compañeros heridos», escribió en la red social X (ex-Twitter).