El caso se transformó en objeto de debate en las redes sociales, a raíz de la complejidad emocional y todo el simbolismo de la vida real, la que importa. La decisión de la producción de Gran Hermano de no comunicarle a Martina la muerte de su abuela generó enormes repercusiones.
Una mayoría rotunda consideró un gesto de escaso tacto, por lo cual el tema se trató durante semanas e incluso se vigorizar ante cada saludo que la blonda le enviaba a su familiar en las nominaciones, por la lógica razón de no estar al tanto de su partida física de este plano.
Finalmente, Pereyra salió de la casa por decisión del público y en su primera aparición en el estudio de Gran Hermano se topó con un momento sumamente incómodo cuando Roberto Funes Ugarte la instó a exteriorizar sus sensaciones tras anoticiarse de la dolorosa muerte.
Ese episodio recorrió todas las plataformas digitales, porque los usuarios consideraron que el conductor careció de empatía, de amabilidad e incluso se lo acusó de hurgar en la angustia de la concursante en pos de alimentar el rating del programa de Telefe.
ROBERTITO FUNES UGARTE LE REGALÓ UN HUEVO DE PASCUAS A MARTINA PARA DISCULPARSE
El llanto desconsolado y espontáneo de Martina se viralizó, así como produjo una montaña de mensajes de apoyo y también recrudeció el análisis respecto a aquella determinación del canal de no transmitirle la verdad durante su estadía en ese encierro voluntario en la casa.
Luego de varios días de ese espinoso capítulo, Robertito volvió a abordar esa situación en una charla que le brindó a Bondi, la plataforma de streaming de Ángel de Brito. En diálogo con Pepe Ochoa, el hombre de Telefe confirmó que ejecutó una maniobra para extenderle sus disculpas a Martina.
“Yo me quedé mudo en el momento que ella se conmovió y se puso a llorar. Me sentí muy mal”, contó en primera instancia. Así, Funes Ugarte confirmó el regalo que le acercó: “La pasé mal esa noche, el sábado a la mañana me fui al hotel y le dije ‘quiero pedirte disculpas’ y le llevé un huevo de pascuas”.